
A Contramano ha presentado aportaciones a la Ley de Movilidad Sostenible y Financiación del Transporte durante el periodo de consulta pública previo abierto por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Las aportaciones se centran en diversas bases y objetivos que debe sentar la ley para conseguir a medio plazo un cambio efectivo hacia una movilidad sostenible y saludable. Estas bases y objetivos son:
1.- La ley debe establecer claramente qué es la movilidad sostenible, sin mezclar aspectos económicos o de otro tipo que pueden llevarnos lejos de la sostenibilidad. Así, A Contramano propone una definición de movilidad sostenible clara y acorde con el significado de sostenibilidad: una movilidad sostenible es aquella que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente.
2.- La ley debe tener como objetivo también que la movilidad sea saludable, tanto para el que se mueve como para el resto, por lo que la movilidad debe transformarse para conseguir una mejor salud de la ciudadanía en base a:
2.a.- Incentivar la movilidad activa, que, según OMS, no sólo reporta grandes beneficios para la salud del que se mueve, sino que, además, es menos contaminante y reporta grandes beneficios económicos para la sociedad (por ejemplo, se estima en 26 millones de euros los beneficios en salud pública debidos al desarrollo de la red de vías ciclistas en Sevilla). Estos beneficios no se conseguirían con el fomento de otros tipos de movilidad sostenible, como la movilidad eléctrica o el transporte colectivo. A Contramano propone que la ley se llame Ley de Movilidad Sostenible y Saludable y Financiación del Transporte.
2.b.- Evitar la contaminación de cualquier tipo, tanto por los vehículos como por la producción de la energía que consumen.
3.- La ley debe mejorar la seguridad en general y en particular la de los medios sostenibles, que suelen ser los más vulnerables. En este aspecto, nuestra asociación propone varias herramientas para mejorar la seguridad, como son la incorporación de un registro o “caja negra” y cámaras en los automóviles, el tratamiento específico de la “violencia vial” o facilitar el procedimiento de las denuncias voluntarias.
3.- En el apartado de infraestructuras ciclistas, A Contramano aporta una serie de criterios en el diseño que faciliten e incentiven el uso de la infraestructura, como son que el recorrido sea lo más directo posible entre los orígenes y destinos objetivos de la misma, minimizando curvas, cambios de dirección, paradas y cambios de nivel.
4.- Nuestra asociación dedica un capítulo especial a las carreteras, ya que no es alcanzable en el medio plazo (y posiblemente nunca) que haya infraestructuras específicas para bicicletas entre dos destinos cualquiera, y, por tanto, la bicicleta, y otros medios vulnerables, tendrán que usar las carreteras. Se abordan los siguientes aspectos:
4.a.- En primer lugar, la propia definición de carretera, ampliándola, ya que la definición actual perjudica claramente la movilidad en bicicleta y en particular a los más vulnerables.
4.b.- En segundo lugar, el diseño, construcción, señalización y mantenimiento, de forma que se tenga en cuenta y se facilite la circulación de bicicletas y otros medios más vulnerables de una forma más segura.
4.c.- Y, en tercer lugar, la normativa, que debe cambiarse para conseguir una circulación más segura y ágil de la bicicleta y otros medios más vulnerables
Las alegaciones completas se pueden consultar AQUI