El 31 de octubre, se celebró el Día Mundial de las Ciudades. Bajo el tema general: Mejor ciudad, mejor vida, el subtema de este año era Adaptar las ciudades para la resiliencia climática.
Los principales objetivos del Día Mundial de las Ciudades 2021

- Aumentar la conciencia sobre la adaptación al cambio climático y la resiliencia urbana.
- Inspirar acciones climáticas a nivel local compartiendo conocimientos sobre soluciones efectivas de resiliencia en sistemas urbanos
- Contribuir a la implementación de la Nueva Agenda Urbana, el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres y el Acuerdo de París para el Cambio Climático para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Esto se relaciona con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 11, meta 11b, que señala: “Para 2020, aumentar sustancialmente el número de ciudades y asentamientos humanos que adoptan e implementan políticas y planes integrados para […] la adaptación al cambio climático y la resiliencia a los desastres.”
La Nueva Agenda Urbana (párr. 79) incluye un compromiso complementario de: “promover la acción climática internacional, nacional, subnacional y local, incluida la adaptación al cambio climático y […] apoyar la construcción de resiliencia”.
Un día para consolidar mensajes de la comunidad urbana antes de la COP 26
El Día Mundial de las Ciudades se realizó inmediatamente antes de la 26a Conferencia (COP-26) de la Convención Marco de las Naciones Unidas (CMNUCC), del 1 al 12 de noviembre de 2021 en Glasgow, Escocia. El Día Mundial de las Ciudades (y Octubre Urbano) ofrecieron la oportunidad de consolidar mensajes, logros y preocupaciones de la comunidad urbana para llevarlos a la COP-26.
Las ciudades en primera línea del cambio climático

Las ciudades de todo el mundo están sufriendo cada vez más los efectos y peligros relacionados con el clima, como las inundaciones, las sequías, el aumento del nivel del mar, las olas de calor, los deslizamientos de tierra y las tormentas. Se espera que al menos 130 ciudades portuarias con más de un millón de habitantes cada una, se vean afectadas por inundaciones costeras. En un mundo que se calienta, deben abordarse los efectos directos e indirectos de las sequías y las olas de calor recurrentes. Las ciudades y pueblos son hogar de más de la mitad de la población mundial, y es donde las personas y la actividad económica se concentran y están en riesgo. Los impactos relacionados con el cambio climático, así como con otras amenazas, podrían costarles a las ciudades de todo el mundo USD 314 mil millones cada año para 2030 si no logramos construir una resiliencia urbana multirriesgo ante posibles impactos y crisis actuales.
Del financiamiento climático global, el destinado a la adaptación se ha rezagado. Una estimación de la ONU sugiere que solo alrededor del 20 por ciento del financiamiento climático ayuda a los países a adaptarse al cambio climático. La Iniciativa de Política Climática estima que, de un promedio reciente de USD 357 mil millones / año en financiamiento climático que fluye hacia países que no pertenecen a la OCDE, solo USD 27 mil millones o el siete por ciento se destinó a la adaptación (GCF 2021). La inversión en medidas de resiliencia de los sistemas urbanos está poco representada (IPCC 2014). Los desafíos en la financiación de la resiliencia urbana implican la ampliación de soluciones exitosas y un mejor aprovechamiento de los recursos del sector privado.
La pandemia de COVID-19 ha revelado las limitaciones
La pandemia de COVID-19 ha revelado las limitaciones y desafíos de nuestros entornos urbanos. Las desigualdades, las vulnerabilidades y el riesgo parecen estar arraigados en la forma en que nuestros sistemas urbanos se han concebido, estructurado y gestionado en el pasado, poniendo a las personas y al planeta en un alto riesgo. A medida que el mundo comienza a emerger de la crisis causada por la pandemia, esta es la oportunidad para que las ciudades busquen soluciones sinérgicas que permitan la recuperación socioeconómica, así como un desarrollo urbano sostenible y ambicioso que ponga a las personas y al planeta como prioridad de las decisiones.
Oportunidades

Si bien las ciudades se enfrentan a desafíos importantes, también son lugares de oportunidad e innovación en el desarrollo de soluciones sostenibles para recuperarse después de una crisis. Desarrollar la capacidad de adaptación y cultivar el capital social puede reducir los riesgos de desastres y fortalecer la resiliencia urbana ante los usualmente impredecibles desafíos futuros, pero con vulnerabilidades predecibles. La adaptación para la resiliencia climática ayuda a las ciudades y a sus habitantes a prepararse, mitigar y responder a los riesgos que plantean los impactos y tensiones predecibles e impredecibles. Por lo tanto, la adaptación climática es una de las prioridades clave para la resiliencia urbana futura, la salud, el bienestar de las personas y el medio ambiente.
Desde ConBici, pensamos que la bici es una aliada en la estrategia para lograrlo. Con el Programa de Promoción de Seguridad en Bicicleta (Safer Cycling Advocate Program – SCAP en sus siglas en inglés) buscamos empoderar a las organizaciones de la sociedad civil mediante el desarrollo de su capacidad para abogar por carreteras más seguras y promover el uso de la bicicleta como modo de transporte sostenible. Descubre más sobre el Programa en este artículo.
Además, el informe de el ECF “The benefits of cycling – Unlocking their potential for Europe” nos demuestra que ante un problema sistémico, el ciclismo proporciona evidencia sobre los beneficios para la sociedad y el planeta. En efecto, sus beneficios aparecen no solo en campos específicos y aislados como el transporte o la política medioambiental, sino en muchos otros ámbitos en los que la UE también tiene competencias, como la política industrial, el empleo, la salud y la política social.
Por ejemplo, el ciclismo permite:
- Ahorro de emisiones de CO2: El ciclismo ahorra emisiones que equivalen a más de 16 millones de toneladas equivalentes de CO2 al año en la UE.
- Reducción de la contaminación del aire.
- Reducción de la contaminación acústica.
- Menos contaminación del suelo y del agua: La infraestructura para bicicletas necesita menos espacio que la infraestructura para automóviles. Si hay menos infraestructura necesaria, esto significa suelos menos construcciones, menos contaminación del suelo y menos contaminación del agua.
- Ahorro de combustible
- Producción de vehículos: una bicicleta representa 1,5% del peso de un coche. Se necesitan muchos menos recursos para su construcción.
- Vidas más largas y más saludables: reducción de la mortalidad y la morbilidad
- Beneficios para la salud de los niños
- Cicloturismo
- Logística ciclista: Las bicicletas de carga tienen el potencial de reemplazar una parte de los viajes motorizados en áreas urbanas. Descubre nuestro artículo sobre un ejemplo de distribución sostenible con la bici.
- Compartir bicicleta: El uso compartido de bicicletas hace que los viajes diarios al trabajo y los viajes en el trabajo sean más eficientes y aumenta la conectividad en una ciudad al proporcionar un acceso fácil y rápido a la primera / última milla, mejorando la productividad en las zonas urbanas.
- Más espacio público
- Igualdad de género
- Multimodalidad y conectividad

Necesitamos adoptar un enfoque holístico y de amenazas múltiples para desarrollar la resiliencia en nuestras ciudades. Reducir la vulnerabilidad y la exposición a los riesgos relacionados con el clima es un proceso continuo e iterativo que requiere la participación de todas las partes interesadas. Los gobiernos nacionales y locales juegan un papel clave en la implementación de planes ambiciosos y creíbles, así como en el establecimiento de las pautas para un cambio transformador. Solo si elegimos enfrentar juntos los desafíos climáticos, podemos asegurarnos de que todas nuestras comunidades, especialmente las más vulnerables, superen los impactos climáticos y puedan prosperar.
Artículo escrito en colaboración con ONU HABITAT