
En los desplazamientos, como en la sociedad en general, podemos observar inequidades según el género. La movilidad reproduce las jerarquías y opresiones de la sociedad. Cómo nos movemos, en qué medio, qué distancias. Está demostrado que las mujeres tenemos desplazamientos encadenados para ligar el trabajo productivo y reproductivo (compras, recados, cuidado de otras personas). Mientras que en general los hombres suelen tener viajes lineales, mayormente del trabajo a casa. Demostrando que las mujeres seguimos siendo las responsables de las tareas de mantenimiento de la vida, cosa que nos recorta el tiempo que destinamos a nuestra libre elección. Nosotras tenemos que trabajar una jornada productiva, una de cuidados y, en nuestro caso, otra de activismo.
Las desigualdades también se encuentran en el modo de transporte, las mujeres tienden a moverse andando y en transporte público, suelen gastar más tiempo en desplazamientos, pero se mueven más cerca. Los hombres por su lado suelen hacer uso del coche familiar y hacer desplazamientos más largos pero pasan menos tiempo viajando.
Y nosotras cuando vemos las ciudades donde vivimos nos preguntamos:
¿Cuál es el modo de desplazamiento más privilegiado?
¿Cuál tiene más espacio?
¿Qué espacio se cuida más…. las aceras, las carreteras, los carriles bici, las zonas peatonales?
¿Quién diseña las ciudades y para quién?
¿Es así como las queremos? ¿Son sostenibles?
¿Quién cuida la salud y el planeta?
Queremos conocer y estudiar los hábitos en los que nos movemos por las ciudades. Para llegar a esos datos necesitamos tu ayuda rellenando esta encuesta.
Queremos pedalear cada día por unas ciudades más feministas, más habitables y más saludables. Porque ese como tantos otros, también es nuestro derecho. Y el de todas. DERECHOS PARA TODAS.
Mi ciudad está conformada para el coche. Nadie la diseñó, se fueron ampliando sus espacios a medida que había más vehículos, quitando espacio a peatones y a otras formas de desplazarse. Tiene defectos estructurales de movilidad, incluso en coche, porque el sistema colapsa. Demasiado asfalto y cemento, y poco oxígeno.
Me desplazo todos los días al trabajo en la ciudad de Valencia, unos 5 km ida-vuelta.
En la Gran Via no hay carril bici y cada mañana me da la impresión que arriesgo la vida pues aunque voy por el medio del carril derecho siguen pitándome algunos, aunque la verdad cada vez menos.
Una gozada la bici en Valencia.