El siguiente artículo, es un artículo de opinión.
El proceso de enseñar a las personas a montar bicicleta puede parecer un acto simple, pero su impacto va mucho más allá de solo aprender a equilibrarse sobre dos ruedas. ¿Cuál es la importancia de la enseñanza de montar en bicicleta y su influencia en la construcción de una cultura ciclista? Este proceso no solamente cambia la vida de las personas, sino que también es una herramienta fundamental para la construcción de una cultura ciclista.
El Ciclo de Aprendizaje: Más que Montar Bicicleta
Desde los primeros pasos que damos como bebés, la adquisición de conocimientos se convierte en una parte esencial de nuestras vidas. Aprender a hablar, a comprender el mundo que nos rodea y a relacionarnos con él son habilidades fundamentales que damos por sentado. Sin embargo, aprender a montar una bicicleta a menudo se pasa por alto en este proceso educativo y trae consigo frustraciones en la vida adulta e incluso un rechazo para incluir a la bicicleta dentro de su cotidianidad o como opción a la hora de moverse por la ciudad.
El aprendizaje de montar en bicicleta es un hito importante en la vida de muchas personas, y suele ser un recuerdo que perdura toda la vida. Aunque a medida que crecemos, la bicicleta se convierte en una extensión de nuestro cuerpo, se olvida a menudo el proceso de aprendizaje en la edad adulta y las dificultades que pueden significar a las personas que no saben aún a montar bicicleta.
Biciescuela: Un Proyecto Transformador
La Biciescuela no es nada más que un espacio pedagógico donde, organizaciones sociales, grupos locales o entidades afines a la bicicleta en su mayoría, trabajan por reducir la brecha de aprendizaje y dotan de posibilidad de moverse en bici a personas que, sin importar la edad, no había logrado aprender a conducir una bicicleta.
El gran impacto de la Biciescuela en la sociedad es de admirar, la suma del trabajo de todos los grupos locales que actualmente y durante años han capacitado con diversas metodologías y con el trabajo conjunto de la acreditación como factoría de ciclistas, ha logrado establecer un nivel pedagógico significativo que ha traído consigo una suma de nuevas personas usuarias de la bicicleta en diversas ciudades del estado Español, aumentando en porcentajes significativos la cultura ciclista en diversas ciudades.
El proceso de enseñanza de la bicicleta a adultos ha demostrado ser especialmente significativo en la reducción de la brecha de desigualdad de género. Sorprendentemente, la gran mayoría de la personas que se inscriben en clases de iniciación de las biciescuelas son mujeres que han esperado décadas para dar el paso. Montar en bicicleta se convierte en una forma de liberación y empoderamiento para ellas, permitiéndoles superar miedos acumulados a lo largo de sus vidas.
No solo se trata de aprender a pedalear, sino de comprender, ganar confianza y practicar en situaciones reales todo lo necesario para poder ser parte del entorno urbano como persona que se mueve y convive con otras personas en la vía y en la ciudad. Esto hace que cada proceso de biciescuela y el enfoque que esta tenga, se sumen en importancia dentro de la transformación hacia la movilidad sostenible que tanto se necesita y por la cual se está apostando tanto a nivel europeo. (Declaración Europea de la Bicicleta)
El Gobierno, los Ciudadanos y la Cultura Ciclista
El gobierno desempeña un papel crucial en la promoción de la movilidad urbana sostenible y la bicicleta como medio de transporte contidiano. La educación y el entrenamiento del ciclista urbano son esenciales para garantizar viajes seguros y el cumplimiento de las reglas de tránsito. Además, el gobierno debe colaborar estrechamente con organizaciones ciudadanas comprometidas para implementar políticas exitosas de ciclo-inclusió

Una clase de biciescuela
Fuente: noticias Navarra
Conclusiones: Enseñar y Aprender a Montar en Bicicleta
La enseñanza de montar en bicicleta va más allá de la adquisición de habilidades físicas. Es un proceso que empodera a las personas, construye comunidades y promueve la igualdad de género. A través de proyectos como la Biciescuela, se demuestra que el conocimiento puede ser una poderosa herramienta de transformación y que la bicicleta puede ser un vehículo para la libertad y la satisfacción.
Enseñar a montar en bicicleta no solo crea ciclistas, sino que también fomenta una cultura ciclista que beneficia a la sociedad en su conjunto. El gobierno y los ciudadanos desempeñan roles cruciales en este proceso, colaborando para promover una movilidad urbana más sostenible y una sociedad más inclusiva.
Así que, la próxima vez que te encuentres enseñando a alguien a montar en bicicleta, recuerda que estás contribuyendo a algo más grande que solo equilibrarse sobre dos ruedas; estás ayudando a construir un mundo más amigable con la bicicleta y a empoderar a las personas a través del conocimiento y la movilidad.