JEREZ EN BICI CONSIDERA QUE ESTA MEDIDA PERMITIRÍA REBAJAR CONSIDERABLEMENTE LA EMISIÓN DE GASES DE EFECTO INVERNADERO, REDUCIR LOS ACCIDENTES Y AUMENTAR EL NÚMERO DE DESPLAZAMIENTOS EN BICICLETA
El colectivo Jerez en Bici, se ha dirigido a todos los grupos políticos municipales para solicitar que se ponga en marcha en las vías de la ciudad la medida de reducción de la velocidad máxima a 30 kilómetros por hora.
En la ciudad de Jerez contamos con casi cuarenta kilómetros de pistas exclusivas para bicicletas, pero el conjunto urbano cuenta con cientos de kilómetros de viales y calzadas que deben ser de utilización conjunta para vehículos motorizados y también bicicletas.
La velocidad, la agresividad o la densidad del tráfico de los vehículos motorizados es percibida con gran peligrosidad por los ciclistas que renuncian a circular con su velocípedo por estas vías. Limitar la velocidad a un máximo de 30km/h por las vías urbanas, debe suponer un aumento del número de bicicletas, y por ende un paso adelante en una mejor convivencia, más calidad de vida y una contribución esencial para solucionar la situación de emergencia climática que estamos viviendo.
Rebajar de 50 km/h a 30 km/h el límite de velocidad en las ciudades salva vidas y mejora el medio ambiente, la calidad de vida y la economía. Así lo demuestran diversos estudios y la experiencia de ciudades que lo han aplicado. Por otro lado, según la dirección General de Tráfico, la velocidad media que alcanzan los vehículos a motor en las ciudades españolas es de 15 km/h, por lo que esta medida no disminuiría la fluidez del tráfico rodado. A menor velocidad, el tráfico es más fluido porque se adapta mejor al ritmo de los ciudadanos. Niños, ancianos, personas con discapacidad y ciudadanos con viviendas en calles con tráfico son los más beneficiados.
Reducir la velocidad salva vidas. Dos tercios de los accidentes mortales de tráfico en Europa, unos 20.000, ocurren en ciudad y el 48% de las víctimas son peatones y ciclistas, según datos de la Comisión Europea (CE). Al reducir la velocidad de 50 km/h a 30 km/h, la distancia de frenada pasa de 53 a 36 metros y las posibilidades de morir en un atropello de un 45% a un 5%.
Muchos accidentes, de hecho, ni ocurrirían.
La contaminación se reduciría considerablemente. Las emisiones nocivas para el medio ambiente y la salud, como el dióxido de carbono (CO2), principal implicado en el cambio climático, el dióxido de nitrógeno (NO2) o las partículas contaminantes finas (PM2,5 y PM10) se reducirían. En noviembre de 2019, la calidad del aire del 84% de los ciudadanos españoles era inferior a la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El tráfico rodado causa además el 80% de la contaminación acústica de las urbes. Una reducción del límite de velocidad a 30 km/h, bajaría las emisiones de ruido 3 decibelios.
Por último queremos destacar el nada desdeñable ahorro económico que supondría esta medida. La reducción del consumo de combustible ayudaría a reducir nuestra dependencia y nuestro déficit exterior. Las compras de petróleo suponen en torno al 63,1% del total del saldo comercial español.
La aplicación de esta medida puede ser inmediata y no suponer ninguna inversión al municipio. Pero con el paso del tiempo debe acompañarse con algunas otras medidas de diseño urbano.
Hay que diseñar el espacio urbanístico para que el coche se sienta invitado y no protagonista, y se debe gestionar el estacionamiento para que no sea sencilla la estancia de los vehículos.
Jerez en Bici