Hace una semana, la OMS publicó nuevas directrices sobre la calidad del aire. Demuestran que hay una necesidad urgente de tomar medidas firmes a nivel de las ciudades para preservar la calidad del aire y, por lo tanto, la salud humana y el medio ambiente.
A nivel de medición y gestión de la calidad del aire, estas nuevas directrices de la OMS plantean muchas cuestiones. Desde ConBici, queremos contribuir midiendo y preservando la calidad del aire en nuestras ciudades a través del proyecto Cycling with Clean Air.

Nuevos valores como guía de la calidad del aire
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la contaminación atmosférica es el mayor riesgo medioambiental para la salud en la Unión Europea (UE). Cada año causa alrededor de 400 000 muertes prematuras y genera cientos de miles de millones de euros en costes externos relacionados con la salud. Las personas que viven en las zonas urbanas están especialmente expuestas. Las partículas, el dióxido de nitrógeno y el ozono troposférico son los contaminantes atmosféricos responsables de la mayoría de estas muertes prematuras.
Las guías de calidad del aire siguen siendo el documento autorizado por excelencia de la OMS sobre el tema de la calidad del aire y la salud, y en ellas se realiza un examen completo de los datos científicos publicados.
Existen notables diferencias entre los valores establecidos por la Directiva de la UE y las directrices de la OMS:
La recomendación anual de la OMS de 2005 para PM2,5 es de 10 μg/m3, menos de la mitad que el valor límite de la Directiva de la UE de 2008, de 25 μg/m3, mientras que Estados Unidos reguló un valor límite de 12 μg/m3.
En cuanto a exposiciones diarias de PM2,5, la OMS recomienda valores inferiores a 25 μg/m3, mientras que la Directiva no tiene legislado ningún valor límite.
La OMS reduce ahora el nivel recomendado anual de partículas PM2.5 de 10 a 5 μg/m3, y el diario de 25 a 15 μg/m3.
Por otro lado, reduce las partículas PM10 de 20 a 15 anualmente, y de 50 a 45 en 24 horas. Y para el dióxido de nitrógeno (NO2) de 40 a 10 μg/m3 al año.
En resumen, la recomendación de la OMS para partículas PM2.5 es ahora 5 veces inferior a la establecida por la Directiva en 2008.
El Parlamento Europeo, la Comisión y el Pacto Verde Europeo
La mala calidad del aire sigue siendo algo habitual en la mayoría de Estados miembros de la UE y en muchas ciudades europeas.
El Parlamento Europeo reclama una aplicación más estricta de la legislación europea de calidad del aire, recordando los eurodiputados que la polución atmosférica sigue siendo el principal riesgo medioambiental para la salud en la UE y que las medidas comunitarias no han logrado reducir la polución ni mitigar sus consecuencias sobre la salud, la calidad de vida y el medioambiente.
El Parlamento destaca que muchos Estados miembros no respetan los estándares en vigor sobre calidad del aire, a pesar de la apertura de procedimientos de infracción por la Comisión y órdenes judiciales reclamando su cumplimiento, por lo que el Parlamento insta a los países y a la Comisión a garantizar su cumplimiento.
El Pacto Verde Europeo, presentado el 11 de diciembre de 2019 por la Comisión Europea, es una herramienta de lucha contra el cambio climático, lanzada por la Unión Europea, que pretende que Europa sea en 2050 el primer continente climáticamente neutro y reduzca las emisiones netas de gases de efecto invernadero mínimamente a un 55 % antes de 2030.
La Comisión propone transformar la economía y la sociedad de la UE para responder a las ambiciones climáticas, implicando también a la ciudadanía y a las comunidades en la acción por el clima y el medio ambiente.
Ley de cambio climático y zonas de bajas emisiones

El máximo responsable de la OMS subraya que las recomendaciones de la calidad del aire «llegan en un momento importante», a pocos meses de que los líderes mundiales se reúnan de nuevo en la COP 26 en Glasgow, la conferencia anual para frenar el calentamiento global.
Según la OMS, la polución es junto a ese calentamiento global, una de las mayores amenazas a la salud del hombre, y mejorar la calidad del aire, algo que puede conseguirse reduciendo emisiones de gases de efecto invernadero, puede ayudar a mitigar los efectos del cambio climático.
Aunque las recomendaciones se destinan especialmente a sectores como el político, el económico o el académico, la directora de Salud y Medio Ambiente de la OMS, María Neira y otros expertos recuerdan que también la ciudadanía puede ayudar a reducir la contaminación, con simples gestos como el mayor uso del transporte público o usando energías más limpias en la cocina o la calefacción.
La Ley de cambio climático obligará a partir del 1 de enero de 2023, a todos los municipios españoles de más de 50.000 habitantes, a adoptar planes de movilidad sostenible que incluyan zonas de bajas emisiones.
Además, los municipios de más de 20.000 habitantes también deberán aprobar zonas de bajas emisiones si su calidad del aire no es buena. Por todo ello, será primordial reforzar los sistemas de control de la contaminación atmosférica en las ciudades.
Tradicionalmente se viene midiendo el nivel de contaminación del aire urbano mediante sensores colocados en estaciones fijas en determinados puntos de la ciudad. Su mayor inconveniente es que no refleja la calidad del aire en tiempo real que respira la población, ya que las referidas estaciones generalmente están colocadas en lugares alejados de aquellos por los que habitualmente se mueven ciclistas y ciudadanía en general, a pocos metros de los tubos de escape de los vehículos motorizados.
La importancia de medir partículas PM2.5
Una vez reducidos al mínimo los principales problemas de contaminación atmosférica por plomo, monóxido de carbono y dióxido de azufre, nos quedan ahora por resolver en las ciudades los de partículas, NO2 y ozono.
El de mayor impacto corresponde a las PM2.5, seguido a distancia por el dióxido de nitrógeno y el ozono. Las partículas en suspensión en la atmósfera son de diferentes tamaños y de muy variados orígenes, pero son las inferiores a las 2.5 micras (PM2.5) las más peligrosas para la salud pues tras pasar las vías respiratorias penetran hasta los pulmones, en cuyas paredes provocan irritación e inflamación, y luego por el torrente sanguíneo alcanzan órganos vitales.
Es bien conocido que la mayor parte de las 7 millones de muertes prematuras anuales en el mundo por polución se deben a las PM2.5.
Las PM2.5 corresponden a un contaminante un tanto complejo pues las partículas proceden, además de las emisiones de los tubos de escape, del desgaste de los neumáticos y frenos así como del polvo que los coches levantan de la superficie de la carretera.
Las diez mayores fuentes de partículas sólo representan la mitad de las emisiones de PM2.5, con la otra mitad compuesta de casi 400 fuentes distintas.
Según indica la OMS y estudios científicos recientes, las PM2,5 es el contaminante urbano con efectos más dañinos para la salud.
De ahí la importancia de medir siempre las PM2.5 e ir sustituyendo en las estaciones fijas de control de la contaminación atmosférica, los sensores de partículas PM10 por los de PM2.5.
Proyecto de ConBici “Cycling with clean air”

Este proyecto de ciencia ciudadana, desde el área de Salud y Medio Ambiente de ConBici pretende, en colaboración con las Asociaciones Ciclistas (AACC), medir partículas PM2.5 en las principales ciudades españolas. Se trata de extender la experiencia llevada a cabo durante 4 años por Kalapie en Donostia-San Sebastián, en colaboración con Medio Ambiente del consistorio donostiarra, a otras ciudades del estado español.
Las AACC, a través de una iniciativa voluntaria de ciencia ciudadana, medirían con monitores portátiles AirBeam 2, la calidad del aire en tiempo real. Ello permitiría medir la contaminación por partículas PM2.5 por donde habitualmente se mueven ciclistas y ciudadanía, aportando sus resultados a las administraciones locales para que los incluyan en sus planes de movilidad sostenible y zonas de bajas emisiones. El proyecto está ahora en fase de definición de los equipos humanos de las diferentes AACC interesadas en el proyecto.
El proyecto de Salud y Medio Ambiente de ConBici se presentará en el XVIII Congreso Ibérico, a celebrar el 7 y 8 de octubre en Barcelona.
Tras las nuevas directrices de la OMS, ¿ahora qué?
Las nuevas directrices de la OMS plantean muchas cuestiones.
– ¿Cuántas de las principales ciudades españolas cumplen con estos nuevos estándares de calidad del aire?
Según un análisis realizado por EL PAÍS a partir de los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), solo 7 de las 80 mayores ciudades de España cumplirían con los nuevos límites de la OMS para el dióxido de nitrógeno (NO2).
Dice también que en el resto de la UE, ninguna de las 27 capitales de los Estados miembro cumpliría con el nuevo límite de NO2.
– ¿Se van a reducir los límites de la obsoleta directiva europea de 2008?
La OMS, basándose en evidencias científicas, ha establecido el nuevo límite anual de partículas PM2.5 en 5 μg/m3, frente a los 25 μg/m3 de la directiva, nada menos que 5 veces inferior.
Para ser consecuentes con el Pacto Verde Europeo, la directiva de la UE habría que modificarla lo antes posible, con valores límite más próximos a las directrices de la OMS.
– Si actualmente muchos países europeos están incumpliendo reiterativamente la directiva de calidad del aire, incluidos Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España, ¿cómo lo van a hacer para cumplir con la futura nueva directiva?
– Los países miembros de la UE pueden reducir legalmente sus niveles de calidad del aire hasta los límites recomendados por la OMS (no obligatorios por imperativo legal), ¿cuántos lo van a hacer y hasta qué valores?
– ¿Cuándo se va a empezar a medir en las ciudades la calidad del aire en tiempo real con monitores portátiles?
Según un estudio reciente de contaminación realizado con equipos móviles por la Universidad Politécnica de Valencia, llegan a la conclusión que las estaciones fijas de control de la contaminación atmosférica de la ciudad de Valencia no miden la calidad del aire que respira la mayoría de la ciudadanía.
– ¿Qué criterios de calidad de aire se van a utilizar en los planes de movilidad sostenible y definición de zonas de bajas emisiones?
En las ciudades, al haber pocas estaciones de control de la contaminación atmosférica, se dispone de pocos datos de calidad del aire.
– ¿Están de acuerdo las instituciones competentes en medir con monitores portátiles?
Sería más que interesante, necesario, contar con experiencias tipo a la desarrollada por la Universidad Politécnica de Valencia, y a la que pretende llevar a cabo Salud y Medio Ambiente de ConBici con las AACC del estado español. Así se dispondría de más datos de calidad del aire, para complementar los escasos aportados por las estaciones fijas.
Conclusiones
– En primer lugar indicar que la mejora de la calidad del aire es también una forma de lucha contra el cambio climático.
– En este sentido la nueva directiva de calidad del aire debería adoptar como suyos los límites de contaminación recién recomendados por la OMS, basados en multitud de evidencias científicas.
– Para conocer realmente los niveles de polución en las zonas de bajas emisiones que habrá que definir en las principales ciudades españolas, será primordial disponer de infinidad de datos de calidad del aire en tiempo real, medidos preferentemente con monitores portátiles.
– Finalmente, señalar que para el cumplimiento de las directrices de la OMS y del Pacto Verde Europeo de lucha contra el cambio climático, para que Europa sea en 2050 un continente climáticamente neutro, se requiere un esfuerzo enorme por las autoridades europeas y los estados miembros, con transformaciones importantes de la economía y sociedad.
Fdo: Carlos Pérez Olozaga – Área de Salud y Medio Ambiente de ConBici
Sobre este mismo tema, se puede consultar el artículo de la campaña Clean Cities siguiendo este enlace.
Soy ciclista y pertenezco a Balazta (Asoc. Ciclista Del Bidadoa). A mi no me importaría medir la calidad del aire en mis ciudades (Hondarribia/Irún y Vinaròs).
Decidme si puedo ayudar a hacerlo