Nuestro compañero Jaume del Col·lectiu València en Bici escribió este artículo este verano:
Nuestros urbanitas se han vuelto altamente móviles, con pautas de desplazamiento que han pasado en pocas décadas de ser reducidas y “fijas” a múltiples y en forma de “nube”.
Tanto ir y venir, más rápido, más lejos, más veces, dependiente del auto, se ha convertido en una preocupación candente, en gran parte, por sus impactos ambientales, sociales y económicos.
De hecho están proliferando cursillos, manuales, planes (PMUS) y ordenanzas municipales de movilidad sostenible. Todos ellos parecen coincidir en una crítica al modelo de tráfico y transporte motorizado actual y en sugerir un cambio en cómo entender y gestionar la movilidad. Sin embargo, en muchos casos, el marco teórico y pragmático que plantean como alternativa no nos termina de parecer coherente?, satisfactorio?, suficiente?…
Para comprender las nuevas sociedades “movedizas” se precisa de un cambio de enfoque conceptual, teórico y metodológico que algunos no dudan en calificar de paradigmático. Sin embargo, este nuevo enfoque aún está en construcción y no ha llegado a las prácticas políticas de “movilidad”. Las cuales, aunque con un renovado lenguaje, siguen pensando en tráfico y transporte y, si bien, existe poca evaluación, no parece que estén logrando las mejoras esperadas en el transporte, la accesibilidad, y la sustentabilidad urbana.
En los últimos años, los conceptos vinculados a la movilidad están en continua revisión por parte de diferentes disciplinas y escuelas, que además tienen diferentes formas de definirla. De este maremagnun rescatamos algunas propuestas: El cambio de enfoque ha de virar desde el movimiento (circular, transportar…) y sus sujetos (peatón, conductor, pasajero…) hacia:
(a) el motivo: acceder/llegar a bienes de un territorio (servicios, actividades, oportunidades…)
(b) por parte de los diversos actores/grupos sociales (niños, mayores, trabajadoras, turistas…),
(c) incorporando su perspectiva/vivencia subjetiva y la dimensión cultural, y
d) contemplando sus interacciones con los lugares y la sostenibilidad.
Para poder dar este giro se requiere del aporte de las ciencias sociales.
(SIGUE LEYENDO EL ARTÍCULO COMPLETO EN FES 2019 Sociologia Movilidad (1))