A Contramano valora positivamente la colocación de las nuevas señales en el centro de la ciudad, especialmente las que indican la limitación de velocidad a 30 o 20 km/h y la prioridad de ciclistas y peatones. Esperamos que estas señales ayuden a hacer la calzada mas amable para ciclistas y peatones y animen la población de Sevilla a caminar y usar la bicicleta en sus desplazamientos cotidianos.
Esta valoración se extiende también a las señales «desmonte y ande» dirigidas a los ciclistas (ver foto), SIEMPRE Y CUANDO NO SE HAGA UN USO ABUSIVO DE LAS MISMAS. Estas señales, como las anteriores, forman parte de nuestra propuesta de ordenación de la movilidad ciclista en el centro de la ciudad, y tienen la función de indicar de una forma mas amable y clara para los ciclistas aquellas zonas compartidas con los peatones por las que, a determinadas horas o en determinadas situaciones, no deben circular montados en sus bicicletas, debido a la gran concentración de viandantes.
Sin embargo, dicha señal se está usando de forma a nuestro entender TOTALMENTE INAPROPIADA Y ABUSIVA en algunos casos, como es el caso de la Calle San Jacinto, y otros casos que se están proponiendo y a los que nuestra asociación SE OPONE.
En primer lugar, LA SEÑAL «DESMONTE Y ANDE» NO SE DEBE COLOCAR EN LAS VÍAS CICLISTAS ya que resulta contradictoria con la función de éstas, que es concentrar y dirigir el tráfico ciclista, y cuya continuidad se establece en el PGOU de la ciudad y en el Art. 48 de la vigente Ordenanza de Circulación de Sevilla. Existen, por otra parte, señales y ordenaciones mas adecuadas para aquellos casos en los que la vía ciclista discurre próxima a zonas con previsible concentración de peatones, como las señales de limitación de velocidad, de precaución, de «itinerario ciclista con prioridad de paso peatonal», de acera compartida entre bicicletas y peatones, etc.
En segundo lugar, LA SEÑAL «DESMONTE Y ANDE» NO SE DEBE UTILIZAR CON HORARIO FIJO CUANDO NO HAYA CERTEZA DE LA EXISTENCIA DE CONCENTRACIÓN DE PEATONES EN DICHO HORARIO. Cuando se prevean dichas concentraciones, pero de forma aleatoria o discontinua, lo correcto es colocarla con la señal complementaria de «En aglomeraciones» u otra similar. Este concepto está siendo ya utilizado en la ciudad de Pontevedra, cuya Ordenanza de Circulación ordena bajarse de la bici «en calles concurridas» sin mayores complicaciones de redacción ni horarios rígidos. La ciudad de Pontevedra es un referente de fomento de la movilidad peatonal y ciclista a escala mundial.
Esperamos que estas sencillas normas, basadas en el sentido común, sean aplicadas de ahora en adelante en Sevilla, para no convertir una iniciativa muy positiva en principio en una traba absurda para el desarrollo de la movilidad ciclista en nuestra Ciudad. El Ayuntamiento debe comprender que somos decenas de miles los ciclistas que diariamente vamos en bici a trabajar, estudiar, hacer compras, etc. Y que no puede convertir el hecho de ir en bici por Sevilla en una gymkana de continuos sube y baja de la bici sin justificación alguna, so pena de que muchas de esas personas acaben por retornar al coche o a la motocicleta para desplazarse por su ciudad, con el consiguiente aumento de la contaminación, los ruidos y la congestión del tráfico que ello conllevaría. Lamentablemente, desde el año 2011 en que el uso de la bici alcanzó su máximo, éste ha venido descendiendo en Sevilla de manera continuada, pasando de 72.000 desplazamientos diarios en 2011 a 65.000 en 2015, coincidiendo con el parón en las políticas de fomento de la bicicleta y las trabas impuestas a ésta en los últimos años. Es responsabilidad del Ayuntamiento de Sevilla revertir esta situación.
Ello no se logrará si desde el Ayuntamiento no se empieza a considerar a los y las ciclistas como ciudadanos a la vanguardia del civismo en nuestra ciudad, algo que demostramos todos los días cuando elegimos coger nuestras bicis para ir a trabajar, estudiar o hacer la compra, dejando el coche o la moto aparcados y contribuyendo así a una ciudad mas sana y amable.
Sin conocer la ciudad y dispuesto a rectificar este comentario, en la foto se aprecia, claramente, que hay terrazas en la vía pública que tienen que compartir ciclistas y peatones. Esta es una situación reiterada en muchas ciudades donde se ha peatonalizado calles en la aplicación del PMUS correspondiente, y en vez de dar prioridad a la movilidad tanto en bici como a pie; la prioridad se le ha dado a las terrazas, y una vez adjudicadas se ha repartido el espacio sobrante para el resto de los ciudadanos. Estas actuaciones que se están repitiendo en la mayoría de las ciudades están consiguiendo crear o reforzar una animadversión hacía los ciudadanos que utilizan la bici, pues los peatones tienden a responsabilizar a la bici de los conflictos, cuando estos no se producirían si se diese preferencia primero a la movilidad y después a las terrazas de los bares. Esto es lo que ha pasado en Huesca después dela peatonalización, todo el centro se ha llenado de terrazas que taponan las calles por las que ya no pueden circular de hecho las bicis, aunque en teoría estén autorizadas para ello. Y todo con la conformidad del grupo municipal de Podemos, Izquierda Unida y Equo que rechazaron las alegación de Huesca en Bici, que pertenece a Conbici, alegando que se trataban de la opinión de una minoría que quería imponer sus opiniones a una mayoría. La multa por no bajarse de la bici es de 200 €.