La ECF publica el informe «Cyclists Love Trains» que examina a las 69 principales compañías y puntúa como «muy pobre» a Renfe.
La ECF (European Cyclists’ Federation) presentó hoy el informe «Cyclists Love Trains» donde analizaron y clasificaron 69 compañías ferroviarias a lo largo de todo el continente evaluando las condiciones de transporte de bicicletas en los trenes europeos.

Para ello se tuvo en cuenta solamente aquellas compañías que no solo aceptan bicicletas plegables y que puedan viajar sin desmontar. Se tuvieron en cuenta indicadores como las plazas disponibles, la disponibilidad de acceder a bicicletas públicas (o de la compañía de tren) en las estaciones, el coste de la reserva de plaza, los canales para obtener billete, las lenguas disponibles en la página web y las funcionalidades de esta.
El resultado del estudio demuestra que atravesar Europa en bicicleta en un viaje de larga distancia no suele ser una experiencia cómoda o agradable, sino más bien una experiencia ardua salpicada de muchas conexiones en servicios regionales y locales lentos.

El servicio de tren para ciclistas en España catalogado como «muy pobre».
Desafortunadamente RENFE ha sido clasificada dentro de la categoría “Muy pobre” respecto a sus condiciones de transporte de bicicleta en trenes. Esto pone de manifiesto la necesidad de seguir trabajando para facilitar la intermodalidad bici-tren y, sobre todo, ponerse a la altura de otros operadores europeos en este aspecto.
Las oportunidades perdidas en materia de cicloturismo son enormes, teniendo en cuenta que este sector mueve 44.000 millones de euros al año, un sector mayor que el de los cruceros que mueve 38.000 millones de euros con mayores efectos ambientales y menor impacto redistributivo en el territorio.
El estudio concluye con una serie de recomendaciones que pueden ser puestas en marcha por los diferentes operadores para mejorar esta situación y conseguir que todas las empresas y servicios tengan una oferta similar de buena calidad y fácil de usar para los y las pasajeras, aumentando enormemente la compatibilidad tren-bicicletas y mejorando drásticamente los niveles de intermodalidad en Europa, tan necesarios para afrontar los retos de la emergencia climática.